TRAZO Y COLOR

Paisaje Interno, 2024
Contemplar el trabajo de Beatriz Martínez es un recorrido por construcciones tensionadas. La búsqueda de equilibrio aparece como un factor que compensa la tensión; las contradicciones trabajan arduamente en busca de armonía y la unidad coherente. Nos enfrentamos a un paisaje lleno de texturas, con la intuición estética como protagonista, siempre permeable a los acontecimientos de vida. Los elementos que inundan estas construcciones oníricas se complementan y se contraponen entre referentes pétreos y elásticos, abstracción y figuración, pictórico y gráfico. Podemos identificar referencias del paisaje del territorio donde habita la autora, la región de Atacama. Territorio de vastedad, luz, mar, cerros, rocas, piedras, algas y huiros, así como sugerentes presencias o ausencias humanas extraídas del recuerdo o del inconsciente. Indagando en Beatriz Martínez, podemos entender estas superposiciones de elementos desde una lectura más íntima, dándonos claves sobre la autora sin caer en el exceso de referencialidad y sin perder el deleite meramente estético que generan estos organismos plásticos complejos. Beatriz se ha formado en talleres y cursos con renombrados artistas de la escena nacional, destacando la figura de Guillermo Núñez. Su particular vida le ha dado también elementos que son utilizados en su obra de manera consciente e inconsciente, como su profesión de kinesióloga que ejerció durante 20 años; observando y estudiando los tejidos y huesos relacionados con el aparato osteomuscular, elementos de distintas consistencias y funciones, reparando las conexiones entre ellos cual collage biológico.
Formalmente, la obra de Beatriz Martínez se presenta desde la bidimensionalidad, entre lo abstracto y lo figurativo, utilizando elementos pictóricos y gráficos, recurriendo al collage ya sea por medio del traspaso de imagen, el bordado, incluyendo retazos de telas de texturas y diseños variados o elementos volumétricos como piedras o vidrios pulidos. Estos collages se despliegan como construcciones orgánicas donde la pareidolia (ejercicio de ver formas a partir de manchas) es utilizada como recurso para descubrir árboles, rocas y personas. En otros casos, las figuras se trabajan desde su estructura sólida. La figura del árbol tiene un significado arquetípico en la obra en cuestión; la familia se presenta como un paradigma imposible de obviar. La influencia de su padre arquitecto, los juegos de infancia como la construcción de pesebres y otras estructuras, las vacaciones familiares en el balneario Las Cruces: vivencias que se entrecruzan en los organismos construidos de manera inconsciente en la obra de Beatriz. La decisión de dedicarse al arte a tiempo completo por parte de Beatriz Martínez nos vaticina un desarrollo prolífico de su obra.
Jose Miguel Marty
Artista Visual
El trabajo de búsqueda de Beatriz Martínez en el campo de las artes visuales, tiene sin duda una notable consistencia y revela un talento y una dedicación que la coloca definitivamente en un plano que le va a ir exigiendo enfrentar cada vez mayores desafíos, que, a la luz del camino recorrido, sabrá superar con creces con su evidente creatividad. Posee un colorido limpio y transparente, trabaja con rigor las formas y las texturas en una línea de abstractismo sugerente que recuerda el universo de la geología. También incursiona, en su reciente obra, en lo figurativo, aceptando el riesgo de conjugar armónicamente los dos mundos en una síntesis coherente y de gran fuerza expresiva. Tiene delante de ella mucho camino por recorrer. El trabajo verdadero consiste en ser consecuente con su propia mirada y con lo que le dicta su propia sensibilidad, sin acomodos momentáneos a "modas" pasajeras. Le deseo que tenga siempre la fuerza para seguir sin titubeos ni renuncios, lo que su alma y su mirada le dicten, sin dejarse encasillar en estilos o formas que pueden encontrar fácil aceptación.
Claudio di Girólamo
Al recapacitar en torno a la obra de Beatriz Martínez, no podemos dejar de pensar en la creación artística como un “advenimiento”. Pues es un proceso donde se enraíza todo su carácter y expresividad, al hacernos visible lo que antes no tenía existencia física. Esta existencia nos evoca un mundo poético-interior que se muestra a través de estructuras que gravitan en torno de una fuerza envolvente que nos acerca al momento mismo de su génesis. En cada una de sus obras esta artista nos muestra un paisaje interior enormemente fértil en colores y textura, producto de una fuerte voluntad aventurera y que vive su propia experiencia creadora como una manera de descubrirse y descubrirnos la propia intimidad objetualizada en la materialidad del Soporte pictórico y los recursos propios de esta inmortal práctica activa: LA PINTURA.
Omar Gatica
Se entiende lo genuino estilo y obra, espíritu inquieto a la vista movimiento, acción, narración arquitectónica, geometría, collage, reminiscencias cubistas, surrealista, multiformas. Beatriz nos hace soñar con sus imágenes advertir en su pintura la poesía plástica, ese es el reto al espectador curioso. Los títulos de su obra invitan a participar y ser cómplices de sus imágenes y por ende a su sensibilidad vivencial. La información audiovisual nos ha convertido en seres enterados, la originalidad es palabra vacía al creador contemporáneo, su interés por el quehacer permanente, eso entonces es el verdadero compromiso del artista, que nos sugiere soñar despiertos, multiplica para todos nosotros nuevas fantasías y quimeras, el arte nos es absolutamente necesario.
Ulises Román U.
Artista visual, Secretario AIAP UNESCO para América Latina y el Caribe
Señores Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Presente.
Es sin reserva mi apoyo a la artista copiapina Beatriz Martínez, porque su trabajo es excepcional. Sus pinturas, creadas en su pequeño taller en la desértica región minera de Atacama, deben a través de la exposición a la que está invitada la artista, mostrarse al mundo. El tema de Beatriz es la relación de lo humano (su desempeño y emociones) con lo espacial. Es por eso que ahora su trabajo es crucial, precisamente ahora. Su temática, siempre desgarradora se actualiza a través de los hitos que van marcando el devenir de un tiempo en que nuestra ciudad y región. Salir de Copiapó al extranjero es una tarea difícil y una invitación a exponer en una galería de trayectoria y prestigio, nada más ni nada menos que en el epicentro del arte contemporáneo mundial es simplemente alucinante. Es importantísimo el trabajo de Martínez, es fundamental su exposición -en el sentido literal de la palabra- porque su producción sale desde un lugar hermético. Es un paso hacia adelante, hacia el desarrollo de nuestro arte contemporáneo que una artista nos represente, como región y como país. Sé lo difícil que es que un tipo de invitaciones como la que le han extendido a Beatriz Martínez se curse y ese sólo hecho basta para que se haga realidad. Tal como lo dice ella en los objetivos de su proyecto que formula al Consejo Nacional de las Artes y la Cultura se va a producir ¨el intercambio¨. Yo agregaría que se va a producir también una actualización de sus saberes en el desarrollo de su práctica, que realiza con rigurosidad, silencio y un talento que conmueve. No me queda sino sentirme orgulloso de una artista que me invitó a su casa a mostrarme sus pinturas a las doce del día, me hizo pasar como se le dice a un vecino y me mostró dónde y cómo atesoraba su expresión. Beatriz Martínez debe visitar Nueva York por el hecho de tener una exposición y porque se lo merece, por la cantidad de años dedicada a fortalecer una idea del hombre contemporáneo en su trabajo pictórico.
Alejandro Moreno
Dramaturgo
Carrito de compra
Scroll al inicio